Supongo que existen mil formas de analizar el conflicto árabe-israelí.
Supongo que existen mil distintas opiniones.
Supongo que un altísimo porcentaje de ellas, tienen bases sólidas y supongo que muchas de las mismas tienen principios o conclusiones diametralmente opuestas.
Es un conflicto doloroso y que no puede tener un final feliz, no después de tantas muertes de ambos bandos. Menos después de tantísimos años de resentimientos y educación enfocada al odio.
Creo que Spielberg entiende esto y trata de no aleccionar o definir una postura específica. Entiende que el drama está en la gente que está obligada, de una u otra forma, a vivir esta tragedia. Lo único que intenta es demostrar el sinsentido que se vive, el dolor de la muerte, la paranoia constante y como el método adoptado por todos de "ojo por ojo" únicamente los lleva a la perdición.
Sangre por sangre en una bola de nieve que a veces parece que no hay forma de detenerla. No hay buenos, ni malos. Todos piden lo justo, lo mínimo, pero parece ser que la diferencia de idiomas es más grave y trágica que algo meramente fonético.
Bravo. Me ha dejado sabor de boca a podredumbre de un esquema que ya va siendo hora de cambiar, bravo otra vez.
Ro.
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